Hoy; voy a contaros una historia sobre la fe al Ser supremo - para quien crea o no - y tiene que ver con el arte de la pintura, asimismo, un poco de historia.
Pintura original en el templo de las Nazarenas, en la actualidad
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Y lo hago precisamente hoy, porque es el día, que, en Lima - Perú, se festeja al Señor de los Milagros.
Una tradición, que data desde el siglo XVII, cuando un esclavo de la casta angola, pintó sobre una débil pared de adobe, al Cristo Crucificado, sin tener noción alguna de pintura, tan solo su devoción.
En la actualidad, es la Procesión más multitudinaria en el mundo, pues, durante el mes de Octubre, todas las Hermandades formadas en muchos países, ciudades, provincias o barrios, se visten de morado y sacan en Andas la réplica de dicha Imagen, que hoy es venerada en el Templo de las Nazarenas de Lima - Perú.
HISTORIA DEL SEÑOR DE LOS MILAGROS
El Señor de los Milagros, imagen venerada por peruanos y extranjeros en el Perú y alrededor del mundo, es una de las Procesiones más multitudinarias de la fe católica y cristiana en el mundo.
En el siglo XVII, Lima contaba con una población de 35,000 habitantes, cantidad que se iba incrementando con la llegada de miles de personajes atraídos por la prosperidad y riqueza. Además, era común el tráfico de esclavos traídos de África Occidental, clasificados por castas; Congos, Mandingas, Caravelíes, Mondongos, Mozambiques, Terranovas, Minas y Angolas.
Precisamente, los angolas, fueron llevados a la zona de Pachacamilla en 1651. Al estar instalados, se organizaron para construir sus cabañas o callejones divididos en habitaciones, donde rendían culto a diversas imágenes o santos. Éstos actos les recordaban su libertad y cantaban siempre en su lengua nativa. Ellos también, se preocupaban por los enfermos y difuntos para que tuvieran un entierro decente.
Los negros angola era el grupo más numeroso entre los esclavos negros, pero, no eran muy valorados -eran los más baratos - por ser considerados los más pusilánimes, enfermizos y los menos propensos a la cristianización.
Un grupo de negros, construyeron una Cofradía en el barrio de Pachacamilla; llamado así, porque habitaron allí, unos indígenas de la zona prehispánica de Pachacamac. En una de esas paredes, un angoleño pintó al temple, al Cristo Crucificado bajo inspiración divina. La pared era débil y tosca, cercana a una acequia de regadío y la pintura de acabado imperfecto. El esclavo angoleño no tuvo nunca, nociones de pintura o dibujo y lo pinto por su fe y devoción al Cristo.
Pintura original
El 13 de Noviembre de 1655, a las 14: 45, un fuerte terremoto asoló la ciudad de Lima y Callao, derrumbando templos, mansiones y las viviendas más frágiles, generando miles de víctimas mortales y damnificados. El terremoto también, afectó la zona de Pachacamilla y las paredes de la cofradía se derrumbaron, menos una; el débil muro de adobe donde estaba pintado el Cristo, quedó intacta. Fue el primer milagro.
Tras ese milagro, los esclavos se reunían todos los viernes por la noche, a venerar la imagen. Los pobladores le llevaban flores, perfumaban el ambiente, entonaban plegarías y con el transcurrir del tiempo, fue aumentando la peregrinación. Viendo con malos ojos todos éstos hechos, el párroco de San Sebastían, Jose Laureano de Mena, hace conocimiento al entonces Virrey Conde de Lemos, don Pedro Antonio Fernández de Castro, e intervenga como autoridad para que prohibiese las reuniones y diera la orden irrevocable de borrar al Cristo, ya que, según su criterio, estaba fuera de los cultos religiosos.
El Virrey, mando al fiscal del Arzobispado José Lara y Galván, quien verificó la existencia de la imagen del Cristo Crucificado, dictaminando que se borre dicha imagen. El primero en intentarlo fue un pintor indio, quien al momento de subir por las escaleras, sintió temblores y escalofríos, tuviendo que ser atendido para que prosiguiera con su tarea, pero, fue tal su impresión, que bajó raudo de las escaleras y se alejó asustado del lugar. El segundo hombre que intentó borrarla, se acercó a ella y algo vio, que desistió de raspar la pintura. El tercero, fue un soldado real, de carácter templado, éste subió y bajó raudo, diciendo que la corona se tornaba resplandeciente o verde y la imagen era bella, desistiendo de la labor encomendada.
Ante la insistencia de las autoridades por borrar la imagen, la población manifestó su disgusto y comenzó a protestar. Por ello el Virrey y el Arzobispado, decidieron revocar la orden y el Vicario autorizó su culto. Tras una visita del Virrey, se dispuso el levantamiento de una ermita provisional y el 14 de Setiembre se ofició la primera misa oficial en la ermita.
El 20 de Octubre de 1687, otro violento terremoto arrasó con Lima y el Callao, derribando la ermita edificada en honor al Cristo. Pero, como sucedió anteriormente, la imagen del Cristo quedó intacta. Se ordenó la confección de una copia al óleo y que saliera en andas por la zona de Pachacamilla.
Y, así, empezó la tradición de la Procesión del Señor de los Milagros hasta la actualidad.
Los Papas Juan Pablo II y Benedicto XVI, dieron su bendición a la Imagen que portaron los hermanos de la Hermandad del Señor de los Milagros de Roma. En cada lugar del mundo, la comunidad peruana, como muchos adeptos de diferentes nacionalidades, a éste Cristo, salen en Procesión durante el mes de Octubre, por las calles del lugar, donde residen.
El Papa Juan Pablo II, saluda a la HSMR
La réplica de la Imagen en la Plaza San Pedro
El Papa Francisco, saluda a la HSMR
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El angoleño que pinto ésta obra y ha permanecido en el tiempo y lo seguirá, aumentado la fe en el mundo, se llamaba Pedro Dalcón Benito, un sencillo hombre esclavo, que sintió la necesidad de pintar al Cristo, sin saber, ni tan siquiera imaginar, lo que su pintura representaría a lo largo de los siglos y mediante ella, se ha convertido en el mejor embajador de la fe católica y cristiana en el mundo.
Desde éste portal, nuestro saludo a todas las hermandades de Perú, así como a las hermandades formadas alrededor del mundo. En cada país y sus ciudades, siempre encontraréis una hermandad del Señor de los Milagros, y éste mes, es el mes morado, mes, del Señor de los Milagros.
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